Este libro nos demuestra que las decisiones no necesariamente obedecen a criterios racionales, sino que entran en juego variables psicológicas que las desvían de un racional comportamiento del Homo economicus. Somos víctimas de preferencias o prejuicios y tomamos decisiones que se desvían de la racionalidad que suponen los economistas cuando compramos una radio, los boletos de un partido o solicitemos una hipoteca. Este mal comportamiento tiene serias consecuencias en las finanzas personales. Este libro nos ayuda a tomar mejores decisiones, personalmente como en los campos empresarial y de gobierno.
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